Deseos de plenitud – Wishes of fullness
- Por Gabriela Rodríguez de Miguel Heredia
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- 25 feb, 2017
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La plenitud es incompatible con el estado de deseo o rechazo hacia cualquier forma de vida. Todo lo que deseamos o rechazamos es parte de nosotros mismos y si abandonamos la actividad compulsiva de buscar encontraremos que ya estaba aquí. El encuentro con la plenitud sucede cuando dejamos de buscar. El deseo es un motor […]
La plenitud es incompatible con el estado de deseo o rechazo hacia cualquier forma de vida. Todo lo que deseamos o rechazamos es parte de nosotros mismos y si abandonamos la actividad compulsiva de buscar encontraremos que ya estaba aquí. El encuentro con la plenitud sucede cuando dejamos de buscar. El deseo es un motor para el movimiento, la plenitud es el descanso en el hogar de lo real.
La atención es la salida del laberinto infinito del deseo.
Si observamos el proceso del deseo nos daremos cuenta de que lo que verdaderamente deseamos es desear porque es un motor que nos mueve hacia delante. El objeto de deseo, es secundario. Cuando aparece un deseo en nuestra mente sentimos placer. El deseo es una motivación temporal para seguir adelante, una meta mental que nos hace tomar acción. Con suerte, el deseo se cumple, pero para cuando se cumple, ha perdido su naturaleza de deseo y se ha integrado en la naturaleza de lo real que tiene otras propiedades.
El deseo es la ilusión de completar nuestra realidad incompleta. De llenar el vacío existencial. El deseo es insaciable, da igual cuantos deseos cumplas, en cuanto se ha cumplido, se acumula en el trastero de los deseos y cuando nos queremos dar cuenta nos encontramos de nuevo en el almacén buscando una nueva ilusión que poder perseguir.
Un objeto de deseo sustituye a otro objeto de deseo. Somos como científicos en un proceso de ensayo-error en la búsqueda de la felicidad. Pero sin conciencia del proceso, presos de cada resultado. Este proceso nunca termina con el deseo definitivo sino poniendo la atención en el proceso del deseo en sí.
La experiencia de plenitud parte de un sí interior a lo que es tal y como es.
El deseo es como la droga, nos eleva y nos llena de energía pero más pronto que tarde desaparece y nos deja solos con la realidad en el mismo lugar en el que nos encontró, ahora.
La ilusión es lo que fabricamos cuando estamos distraídos. La atención disuelve la ilusión y nos coloca en la realidad. La realidad es una aventura que supera con creces cualquier ilusión.
Gabriela Rodríguez de Miguel Heredia
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Fullness is incompatible with the state of desire or rejection to any form of life. Everything we desire or reject is part of ourselves and if we give up the compulsive activity of seeking we will find out that it was here. The encounter with the fullness happens when we stop searching. Desire is an engine of movement, fullness is to rest in the home of the reality.
Attention is the output of the infinite labyrinth of desire.
If we look at the process of desire we will realize that what we truly desire is to desire because it is an engine that moves us forward. The object of desire is secondary. When a desire appears in our mind we feel pleasure. Desire is a temporary motivation to move forward, a mental goal that makes us take action. With luck, the desire is fulfilled, but by the time it is fulfilled, it has lost its nature of desire and has been integrated into the nature of the real that has other properties.
Desire is the illusion of completing our incomplete reality. To fill the existential vacuum. Desire is insatiable, no matter how many wishes you fulfill, as soon as it has been fulfilled, it’s accumulated in the storeroom of desires and when we want to realize we are again back in the store looking for a new illusion to pursue.
An object of desire replaces another object of desire. We are like scientists in a trial-error process in the pursuit of happiness. But without awareness of the process, prisoners of every result. This process never ends with the definitive desire but by focusing on the process of desire itself.
The experience of wholeness starts from an inner yes to what is as it is.
The desire is like the drug, it raises us and fills us with energy but sooner than later it disappears and leaves us alone with reality in the same place where it found us, now.
Illusion is what we manufacture when we are distracted. Attention dissolves the illusion and puts us into reality. Reality is an adventure that far surpasses any illusion.
Gabriela Rodríguez de Miguel Heredia
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