Cómo fabricamos en el S XXI, tiene mucho que ver con cómo vivimos: En serie, no en serio – How we manufacture in the S XXI, has a lot to do with how we live: Serially, not seriously

  • Por Gabriela Rodríguez de Miguel Heredia
  • 16 mar, 2017
Soy esclava de mis deseos y tengo más de lo que puedo disfrutar: Tengo salud. Tengo comida siempre que tengo hambre y más. Tengo familia, amigos, trabajo, dinero, casa, cama, calefacción, agua caliente y fría. Tengo 2 móviles, un ordenador portátil y otro de mesa. Ropa limpia para cada día. Diferentes zapatos para los diferentes […]
Soy esclava de mis deseos y tengo más de lo que puedo disfrutar:
Tengo salud. Tengo comida siempre que tengo hambre y más. Tengo familia, amigos, trabajo, dinero, casa, cama, calefacción, agua caliente y fría. Tengo 2 móviles, un ordenador portátil y otro de mesa. Ropa limpia para cada día. Diferentes zapatos para los diferentes planes. Abrigos para cada temperatura. Coche, moto, bici y patines. Rara vez me encuentro con líos de vida o muerte por no decir que mi vida realmente nunca ha peligrado. Puedo ver, oír, hablar, sentir. A nivel físico tengo todo lo que se puede tener. No he vivido ninguna guerra. El planeta en el que vivo es maravilloso, tengo campos para pasear y montañas para subir, arboles bajo los que dormir la siesta y flores para admirar. Aire puro para respirar. Océanos, mares, ríos, lagos y piscinas donde poder zambullirme cuando hace calor. Libros para leer, restaurantes para comer, museos para ver, lugares que visitar, personas que conocer.
Coincidimos al pensar que son motivos suficientes para estar feliz, plena y en paz, pero sorprendentemente ese no es mi estado habitual. Muchas más veces de las que puedo justificar estoy baja de ánimo, ansiosa, desasosegada, estresada, irritable, intranquila, vacía y con sensación de que me falta algo.
¿Qué me pasa? ¿Qué me falta? ¿Cuál es el motivo de esta sensación tan poco agradable que me invade como niebla en un día soleado y no me permite ver todo lo que me rodea, ni disfrutar de todo lo que tengo? ¿Cuál es el motivo de este vacío repleto de cosas?
Nos sucede con las cosas materiales como sucede con la droga. Somos dependientes y nunca es suficiente. No se puede disfrutar plenamente de aquello que necesito porque en el fondo odio necesitarlo porque mi felicidad depende de ello, no soy libre. La libertad es el anhelo profundo del ser humano.
Estamos agobiados porque tenemos todo, pero sobre todo nos agobia que no es suficiente, queremos más y no hay tiempo para todo. Tenemos tantas cosas que hacer y el tiempo es tan limitado que hacemos varias a la vez porque si no, no hay manera de abarcar las posibilidades. Estoy en todos lados pero en ninguno. Estoy aquí pero con un pie ahí, una mano allá, media cabeza en ayer y la otra media en mañana, la respiración es mi fiel representante en el momento presente pero todos mis pensamientos, mis deseos, están en algún lugar del futuro, lejos de aquí… Y no sé por qué pero me siento dividida, todavía siento que me falta algo.
Los días empiezan fuerte: Lo primero que hay que encajar son las vidas paralelas porque la mayoría nos levantamos y servimos a dos mundos: El real y el virtual:
Me despierto y asumiendo que todo aquí sigue igual que ayer, cojo el móvil, reviso todas mis aplicaciones sociales por si hay algo para mí; algún mensaje nuevo, alguna respuesta, alguna reacción a mi actividad, alguna sorpresilla y si no hay nada de eso, ya que estoy, me doy una vuelta por ahí para ver las vidas ajenas antes de penetrar en la mía. Después, una ducha rápida; cuando me quiero dar cuenta tengo en la ducha a mi jefe, al regalo de mi hermana, a la cita en el dentista y a mi madre y al perro nuevo de mi primo. Qué agotamiento, no puedo más de todos ellos, a ver si pasa el día ya y me puedo meter en la cama otra vez. Salgo y en 2 minutos estoy vestida para la ocasión, mientras me pongo los zapatos y contesto un mensaje le doy un mordisco a una galleta y vuelo al trabajo para llegar a tiempo. Ya estoy llegando, no sé ni cómo he llegado porque venía pensando en todos los frentes que tengo pero lo que importa es que ya estoy aquí. Antes de entrar en la oficina y entregarme por completo al trabajo voy a revisar mi mundillo de imágenes, videos y textos. Hay cosas, siempre hay cosas, es lo bueno de este mundo. Nada que ver con lo que estoy haciendo ahora pero bueno son cosillas, hay que ocuparse. Un chiste por aquí, un video por allá…  Requiere tiempo esto del móvil, hay que llevarlo al día porque si no, cuando te quieres dar cuenta tienes el móvil lleno de notificaciones y ya no hay tiempo para coger el hilo.  Pero yo lo domino, siempre encuentro un hueco entre, reporte y reunión para echar un ojo. La dispersión la domino. Me quito el abrigo y antes de sentarme en mi sitio me compro un café y me lo tomo a la vez que leo mis mails y empiezo a responderlos. Después echo un ojo al móvil. Paso la mañana haciendo todo lo que se me pide y a la hora de comer me voy al gimnasio porque hay que estar en forma, “Mens sana in corpore sano” y cuando termino me meto un bocadillo entre pecho y espalda por qué es que no tengo tiempo, y cuando me quiero dar cuenta estoy otra vez en frente del ordenador con una bola en el estómago que me pide reposo, pero no hay tiempo, menos mal que a falta de tiempo, abundancia de estimulantes, me tomo un café cual chupito y a seguir. Qué malo está el café de máquina por cierto. Llega el final de la jornada de trabajo, la energía que me queda es limitada pero el tiempo también así que me voy corriendo a comprarle el regalo a mi hermana y me voy al supermercado a comprar la comida de la semana. Un ojo al móvil y me encuentro que el grupo de Amigos de la Uni ha quedado para tomar unas cañas. Vale, dejo la compra para mañana entonces, me voy a verles y a tomar unas cañas. No quiero beber, mejor me pido agua, qué pereza agua, mejor una Coca-Cola que me espabila, que coño, me tomo una caña que si no me quedo frita aquí mismo. Me tomo un par y me voy a casa de mi hermana. Hola, una caña por favor. Bueno chavales, me tengo que ir. Ya estoy en casa de mi hermana, cumple ya 39 años, qué barbaridad cómo pasa el tiempo. Ufff, qué agotamiento. Mi móvil está casi sin batería, lo voy a cargar y aprovechando que están todos aquí y que hay confianza, voy a mandar una foto a mi novio que está en Hong Kong. Uy, hay movimiento aquí, voy a contestar rápidamente antes de sentarme a la mesa. Ya que estoy una vuelta rápida por FB, Instagram, Twitter y Pinterest. Ah, sí! Perdón, perdón, ya estoy, tenía que responder una historia importante de trabajo. Una mentirijilla para justificar mi dispersión, pero funciona, si es por trabajo no hay problema, está ya aceptado por la sociedad.
Y así un día tras otro con variaciones leves del tipo lo que como, el plan de la tarde, la ropa que me pongo, etc.
Vamos que en general, día tras día, tengo de todo menos tiempo para descansar.  Necesito vacaciones o al menos un día libre para no hacer nada, ¡Un día por favor! Increíble lo de este mundo, ¡no nos da un respiro!
Y cuando ese día llega y van pasando las horas realizo que justo hoy era un día como para hacer algo porque estoy como hiperactiva, aburrida, ansiosa, no sé qué me pasa. Miro tan a menudo el móvil que no da tiempo a que cuelguen nada nuevo, por si acaso a los 10 minutos me vuelvo a meter pero nada… Todos ellos estarán haciendo planes y parece que están muy entretenidos. Alguno podía haberme avisado. Podría ver una peli pero ya he visto 2 y no es plan, sigue siendo de día fuera, voy a ver si alguien hace algo; mando mensaje a todos los grupos. Nadie contesta. Voy a leer un rato; no me concentro, este libro es un petardo. Ufff, no pasa el tiempo. Pienso en todo pero sobre todo en las cosas que más me agobian. No sé qué hacer. Esto va mal. Tengo que hacer algo, mi vida no tiene sentido. Tengo como mono de hacer algo. No puedo con este aburrimiento, me consume. Me voy de compras.  Suena el teléfono, mi vecino me pide si le puedo llevar al aeropuerto, al fin un plan.
Bien, para todo aquel al que este relato suene familiar, es momento de empezar a cultivar espacio para poder movernos con más libertad en la vida y para esto hace falta desactivar el piloto automático que nos lleva por donde le parece y ponerse a conducir para poder decidir hacia donde dirigimos nuestro próximo paso.
Este tipo de vidas desbordadas que son muy normales en las ciudades del siglo 21 suponen un gran desgaste a todos los niveles; físico, mental y energético. No pasa nada por ello, nadie quiere llegar como nuevo a la tumba pero tampoco queremos llegar a la tumba con la sensación de que el tiempo ha volado y no nos hemos enterado. Nos hemos metido en un estilo de vida complejo que nos exige mucho y para poder cumplir las exigencias reducimos la calidad de todo lo que hacemos. Así como las fábricas bajan la calidad de sus productos para poder vender más y ganar más dinero, nosotros bajamos la calidad de nuestras acciones para abarcar más. Pero la experiencia nos enseña que abarcar más no nos da alegría, lo que nos proporciona sensaciones gratas es la atención que ponemos en las cosas no las cosas en sí mismas.
En los negocios, esta es la dinámica que seguimos: Mayor producción al menor coste. Bajamos la calidad y explotamos los recursos para que cueste menos producirlo, hacemos una gran campaña de marketing para generar la necesidad y venderlo así mucho más caro que su valor real. Casi nada de lo que consumimos suele ser necesario pero ya nos encargamos los empresarios y los publicistas de convencerte de que lo necesitas. No importa lo lejos que estés de consumir el producto, si te bombardeo con ello por la tv, radio, internet, vallas publicitarias, por la mañana, por la tarde y por la noche sin descanso, sino lo quieres ahora, en unos añitos. Y si no tú, tu hijo, que no tiene referencias con las que comparar lo bien que se vive también sin esto.
Es curioso porque esta filosofía tan poco inteligente es en la que se basa la mayoría de las industrias y sectores. Sucede en todos los bienes de consumo, desde los tangibles, como los alimentos, hasta los intangibles, como la educación.
Es importante que nos demos cuenta de que no engañamos a nadie produciendo así. Hay una verdad absoluta y universal; es imposible engañar a otro sin engañarse a uno mismo. Puede parecer inconsistente pero esta apariencia es fruto de nuestra mente confusa y divisoria. Todos somos seres humanos. Todos somos definitivamente hijos y algunos somos madres, padres, abuelos, hermanos, amigos, primos, sobrinos, nietos, novios, maridos, mujeres… Y es absurdo pensar que engaño a otro ser humano, a otro hijo, a otro padre, a otra madre que no sea yo mismo o los míos. Para la vida no hay diferencia, para nosotros tampoco, pero la ceguera nos impide ver esto con claridad, el engaño hacia otro tiene origen en el engaño interior y las consecuencias del engaño las sufre más el que engaña que la víctima del engaño
Para poner un ejemplo que a todos nos concierne: Sabemos que la alimentación es necesaria para vivir, que la alimentación influye en la salud y nadie quiere comer animales enfermos, frutas, verduras y cereales rociados con productos químicos o modificados genéticamente para que resistan y duren cuatro veces más que lo que su naturaleza les permite. Tampoco queremos comer productos que no alimenten, ni productos que envenenan el organismo.
Todos somos responsables de este deterioro de la calidad de la alimentación. Tal y como estudiamos en economía, la oferta y la demanda se retroalimentan, si no hay consumo de algo, ese algo se extingue. Pero nuestra inconsciencia y nuestra vida en piloto automático hace que con nuestras elecciones vivan cosas que nos perjudican y que se extingan otras que nos dan la vida. El mercado sirve lo que el hombre demanda, pero la publicidad ha generado un cambio significativo; Se han invertido los papeles y ahora el ser humano sirve al mercado. Uno no puede cambiar el mundo pero sí tomar elecciones en el propio mundo, mis decisiones, mis acciones, pueden transformar mi vida, mi pequeño gran mundo. Pero no nos ocupamos de nosotros mismos tampoco, no nos hacemos responsables de nuestra pequeña parcela y en lugar de reconocerlo, le echamos la culpa al sistema, a la sociedad, al mundo, a otros. Sin darnos cuenta de que el sistema, la sociedad y el mundo lo creo yo y otros como yo. Este ritmo de vida marcado por la efectividad, la productividad y el coste, donde la moneda de cambio se ha convertido en el bien más preciado, nos mantiene ahí, corriendo hacia adelante, cada vez más rápido como si con eso fuese a ganar al tiempo, todos corriendo en estampida, pero por vez primera y sin darnos cuenta, corremos detrás del depredador, le seguimos, le damos vida. A esta velocidad y en esta confusión uno no puede pararse a respirar y a elegir hacia donde dar el próximo paso, corre el riesgo de morir aplastado, ¿o no?  Como pasa con los bienes de consumo, que requieren campañas de mk para poder salir de las naves industriales donde se almacenan. Así pasa con este estilo de vida, que aunque conscientemente no lo elegiríamos, lo compramos cada día, pero no con dinero, sino con nuestro bien más preciado, el tiempo. Y el tiempo, es la vida, y esta experiencia llegará a su fin en algún momento del tiempo.
El ser humano nutre el cuerpo con alimento y el alma con atención.
Si existiese la posibilidad de comprar tiempo, lo haríamos, unas horas más cada día para hacer todas esas cosas que queremos hacer, pero todavía no hay manera de pararlo ni por supuesto de comprarlo y lo más grave de todo, si pudiéramos, no cambiaría nada porque hay un piloto automático que nos conduce a través de nuestras historias, nos lleva y nos trae sin que nos demos cuenta. Cada cierto tiempo hay un momento de lucidez en el que realizamos, como pasa el tiempo de rápido, cómo pasan las semanas sin darnos cuenta. Modificar esto aparentemente requiere esfuerzo y aún peor y una vez más, ¡tiempo! Podríamos planificarnos para introducir una vez a la semana una actividad saludable, o una vez al día 10 minutos de silencio, o tratar de seguir un plan semanal de comidas, ponernos recordatorios en el calendario para incluir nuevos hábitos, o alarmas en el móvil para recordarnos dar 1 vuelta a la manzana en el descanso, todo eso supone una obligación, una exigencia más ante lo que responder, algo más a lo que ajustarnos, una cosa más. En este caso vamos a romper la dinámica, no queremos añadir nada más, nos vale con apreciar lo que ya tenemos, agradecerlo y darle su sitio.
Quizás poniendo toda nuestra atencion en cada una de las actividades que realizamos a diario, nos demos cuenta de que la atención está ahí para servirnos, es una ayuda que nos dará pistas de qué es aquello que disfrutamos y nos gusta de verdad, y qué es aquello que nos podemos saltar. La atención nos va a ayudar a hacer una criba natural irá dejando caer la arena y dejará al descubierto las pepitas de oro.
No es cambiar lo que hacemos sino poner atención en lo que hacemos lo que realmente transforma la vida. Mirar sin juzgar.
La mayoría de nosotros nos despertamos en una cama por la mañana, ¿podemos dedicarle un minuto antes de coger el móvil o de saltar de la cama a darnos cuenta de lo a gusto que se está de hecho en esta cama? ¿Podemos darnos cuenta del valor de esto? ¿Podemos agradecerlo?
Este gesto es un giro total en la actividad automática de la mente que da por hecho todo lo que ya tiene. Si empezásemos a dar gracias por todo lo que tenemos, no haríamos nada más en la vida que dar gracias y esta sería una vida aprovechada. ¿De qué nos sirve tenerlo todo si en cuanto lo tenemos lo olvidamos?
Una ducha caliente, esto es de las cosas más placenteras que puede hacer uno de nuestra especie. Agua caliente saliendo a chorro para mí. Esto es un lujo que antes solo los reyes podían disfrutar. Cuantos soñaron con esto y nunca pudieron experimentarlo. ¿Podemos disfrutar de este maravilloso evento? ¿Podemos realmente estar presentes mientras toda esta agua cae sobre ti a la temperatura perfecta?
Creo que estas dos cosas son motivo suficiente para estar alegre el día entero. Pero como no queremos quedarnos anclados en el recuerdo porque se trata de prestar atención a cada cosa que hacemos, nos daremos cuenta de que a lo largo del día hay muchas cosas que agradecer y la atención las ordena y las pone a la vista. Donde antes veíamos una bola informe de cosas apiladas que nos agobiaba, ahora se ha convertido en bienes, ordenados en un amplio espacio (el de la atención) y nos permiten verlas, mirarlas y valorarlas una a una. El piloto automático también tiene su sitio pero estaba descontrolado y abarcaba más de lo que podía hacer bien, este es muy útil en el proceso de producción y para el mantenimiento, pero no en el proceso creativo. La creación requiere espacio para crear. El piloto automático realiza actividades repetitivas básicas para que nosotros podamos encargarnos de otras que requieran cualidades más complejas de la inteligencia. Cuantos placeres a lo largo del día que el piloto automático no puede apreciar. Masticar puede ser una actividad automática pero saborear requiere presencia y atención.
No importa cómo somos, lo importante es saber cómo somos
En esta sociedad se dice que hay que ser Alguien, por lo general alguien respetable, famoso, rico, poderoso, bueno o el mejor.
Esto es una exigencia tan confusa que puede bloquear el proceso creativo natural del ser humano. Para el que esté algo agobiado en esta carrera de llegar a ser algo que todavía no se es, quiero decir que ya eres alguien. Y eso lejos de ser una vulgaridad, es un milagro. Es El milagro. No es que ya seamos alguien, es que somos lo más grande que podemos llegar a ser. Somos expresiones únicas e irrepetibles de la vida. Somos seres vivos, conscientes de nuestra experiencia temporal aquí en la tierra y en esta forma. La vida es lo más preciado que podremos nunca tener y no nos la tenemos que ganar, se nos ha regalado. La vida no se puede ganar o perder, no se puede conseguir a base de trabajo y no podemos ahorrarla. La vida que somos no es nuestra, en todo caso, sería más preciso decir que somos de ella. La vida es pura inteligencia desplegándose en todas las formas de vida del microcosmos y del macrocosmos. La vida es una experiencia, un regalo. Y en forma de ser humano es fascinante. Las ideas preconcebidas aunque poco consistentes tienen el poder de aniquilar al disfrute y transformarla en amargura. Pocas son las personas que consideran la vida un aprendizaje constante desde el nacimiento hasta la muerte, y yo diría que ahí está el secreto, en hacer las cosas como si fuese la primera vez. No importa cuánto conocimiento tengas sobre la materia, el ingrediente del éxito es hacerlo cada día con la misma atención del primer día. Eso despliega toda nuestra atención y abre los canales de la creatividad. El conocimiento nos da la base, pero la creatividad nos permite ver caminos nuevos, nuevas posibilidades. La diferencia entre un genio y cualquier otro es que el genio siempre está mirando con ojos nuevos. El genio sabe que no sabe nada y está es actitud de apertura y de aprendizaje. Está blando y dispuesto a probar caminos nuevos. La genialidad es incompatible con la prisa o la productividad, la productividad siempre buscará el camino más corto y ese siempre es el conocido porque aunque haya otros más cortos, no le dedicará el tiempo a explorar.
Cuando uno abre su conciencia a esto, la mirada cambia y la transformación sucede sola, lo natural en el hombre es vivir en armonía con su entorno. El hombre sano se cuida y cuida su entorno, su mundo, porque comprende que sin el mundo, el no existiría. Esto es sentido común pero como dicen, este es el menos común de los sentidos.
¿Podemos dejar de pensar y por un momento experimentar  qué es ser yo mismo? ¿Cómo se siente ser yo ahora mismo? Sin pensar, solo experimentar como si acabásemos de aterrizar aquí, en este cuerpo, en este lugar, ¿Podemos sentir la vida? Como el cuerpo se hincha y se deshincha, como el aire viene y va al ritmo de las olas del mar. ¿Podemos sentir los latidos del corazón? ¿Y podemos sentir hoy aquello que no ha cambiado nunca en nosotros? Algo que permanece igual a pesar de que nuestros cuerpos y mentes cambien. Que está ahí lo hagamos bien o mal, que escucha lo que decimos tenga o no sentido o sea brillante, eso que aunque me esté volviendo loco, está sereno. Eso que seguirá vivo cuando yo muera. La vida.
En toda esta carrera de Ser Alguien, Ser va primero y hasta que no nos quedemos tranquilos con lo que somos tal cual somos, sin juicio, con conciencia, no podremos encontrar algo de paz porque estaremos siempre inmersos en una batalla perdida. Ser es lo más grande que cualquiera puede llegar a ser y en la mayoría de los casos de infelicidad y de profunda tristeza, eso es lo que nos está faltando; reposar en el ser que somos.
Pero ¿Qué es Ser lo que Soy?
Cualquier respuesta a esta pregunta será un fraude porque para esta pregunta, no hay respuestas hay vivencias.
Y entonces, ¿Por qué preguntarme algo que no tiene respuesta?, para empezar a respirar el misterio que somos y que nos envuelve. Lo que somos no podemos describirlo con palabras, las palabras las inventamos nosotros y están para facilitar la comunicación entre seres humanos. Les hemos dado un gran protagonismo, todo en este mundo tiene su nombre, su palabra. Saber el nombre de una persona no es conocer a una persona. Saber que China es un país, no te hace conocedor de China. Esto aunque parezca obvio, es una confusión muy común, estamos llenos de palabras y definiciones pero esto pertenece a un nivel muy superficial. Para conocer hace falta vivirlo. Hemos perdido el contacto con este nivel más profundo de vivir. Estamos atrapados en palabras y en frases hechas, y en definiciones que en la mayoría de los casos no tienen nada que ver con la realidad. Por eso vivimos tan confusos. Cuando se vive una cosa de manera consciente se alcanza un nivel de conocimiento mucho mayor que el de la teoría.
Las palabras tienen su función pero no es revelar lo que somos. La atención es en este caso lo que revelará la verdad que somos y esta verdad se verá tan clara como un jazmín en medio del desierto. Y podremos contar que hemos visto una flor y podremos describir cómo es y a qué huele, pero nuestras palabras no serán la flor. Estás palabras podrán evocar aquello que vimos y resonarán en aquel que ha visto alguna vez una flor u olido una flor, o que tiene una mente silenciosa y ha experimentado este “no saber sabiendo” pero el que no se ha parado nunca a mirar o a oler una flor, difícilmente podrá imaginárselo y creará una idea en su cabeza de cómo es una flor, pero esta será solo una idea que sólo cuando pueda compararlo con la realidad, se dará cuenta de que la realidad nunca cabe en la pequeña idea sobre esta.
Descubrir lo que no es, nos va acercando a lo que es.

Gabriela Rodríguez de Miguel Heredia

                                             –

I am a slave to my desires and I have more than I can enjoy:
I have health. I have food whenever I’m hungry and more. I have family, friends, work, money, house, bed, heating, hot and cold water. I have 2 mobiles, a laptop and a table. Clean clothes for every day. Different shoes for different plans. Coats for each temperature. Car, motorcycle, bike and skates. I rarely encounter life or death problems not to say that my life has never really been jeopardized. I can see, hear, speak, feel. On a physical level I have everything that you can have. I have not lived any war. The planet where I live is wonderful, I have fields to walk and mountains to climb, trees under which to nap and flowers to admire. Fresh air to breathe. Oceans, seas, rivers, lakes and pools where I can dive in hot weather. Books to read, restaurants to eat, museums to see, places to visit, people to know.
We agree to think that they are sufficient reasons to be happy, full and peaceful, but surprisingly that is not my usual state. Many more times than I can justify I am low in mood, anxious, restless, stressed, irritable, uneasy, empty and feeling that I lack something.
What’s happening to me? What do I lack? What is the reason for this unpleasant sensation that invades me like fog on a sunny day and does not allow me to see everything around me, or enjoy everything I have? What is the reason for this void full of things?
We happen to material things as happens with the drug. We are dependent and it is never enough. You can not fully enjoy what I need because deep down I hate it because my happiness depends on it, I’m not free. Freedom is the deep desire of the human being.
We are overwhelmed because we have everything, but above all we are overwhelmed that it is not enough, we want more and there is no time for everything. We have so many things to do and time is so limited that we do several at a time because if not, there is no way to embrace the possibilities. I am everywhere but in none. I am here but with one foot there, one hand there, half a head in yesterday and the other half in tomorrow, the breath is my faithful representative in the present moment but all my thoughts, my desires, are somewhere in the future, far from Here … And I do not know why but I feel divided, I still feel I’m missing something.
The days start strong: The first thing to fit is the parallel lives because most of us get up and serve two worlds: The real and the virtual:
I wake up and assuming that everything here continues the same as yesterday, I take the mobile, check all my social applications in case there is something for me; Some new message, some response, some reaction to my activity, some surprise and if there is nothing of that, since I am, I go around to see the lives of others before penetrating mine. Then a quick shower; When I want to realize I have in shower to my boss, to the gift of my sister, to the appointment in the dentist and to my mother and the new dog of my cousin. What exhaustion, I can not more of them all, to see if the day passes and I can get into bed again. I leave and in 2 minutes I’m dressed for the occasion, while I put on my shoes and answer a message I bite a cookie and fly to work to get there on time. I am already arriving, I do not know how I arrived because I was thinking about all the fronts I have but what matters is that I am already here. Before entering the office and giving myself completely to work I will review my world of images, videos and texts. There are things, there are always things, it is the good of this world. Nothing to do with what I am doing now but good are things, you have to deal. A joke here, a video over there … It requires time this of the mobile, you have to keep it up to date because if not, when you want to realize you have the mobile full of notifications and there is no time to catch the thread. But I dominate it, I always find a gap between, report and meeting to take a look. The dispersion dominates. I take off my coat and before sitting in my place I buy a coffee and I take it at the same time I read my mails and start responding. Then I keep an eye on my cell phone. I spend the morning doing everything that is asked and at lunch time I go to the gym because you have to be in shape, “Mens sana in corpore sano” and when I finish I put a sandwich between my chest and back why I do not have Time, and when I want to realize I am again in front of the computer with a ball in the stomach that asks me to rest, but there is no time, less bad than lack of time, abundance of stimulants, I drink a coffee like shot already follow. How bad is machine coffee by the way. The end of the work day arrives, the energy that I have is limited but the time is also so I’m running in stampede, but for the first time and without realizing it, we run behind the predator, we follow him, we give him life. At this speed and in this confusion one can not stop to breathe and to choose where to take the next step, runs the risk of dying crushed, or not? As with consumer goods, they require mk campaigns to be able to leave the industrial warehouses where they are stored. So it is with this lifestyle, that although we consciously would not choose it, we buy it every day, but not with money, but with our most precious good, time. And time is life, and this experience will come to an end at some point in time.
The human being nourishes the body with food and the soul with attention.
If there was the possibility of buying time, we would do it, a few more hours each day to do all those things that we want to do, but still there is no way to stop it nor of course to buy it and the most serious of all, if we could, would not change anything Because there is an autopilot that leads us through our stories, takes us and brings us without us noticing. Every so often there is a moment of lucidity in which we perform, as the fast time passes, how the weeks pass without realizing it. Modifying this apparently requires effort and even worse and once again, time! We could plan to introduce once a week a healthy activity, or once a day 10 minutes of silence, or try to follow a weekly meal plan, put reminders on the calendar to include new habits, or alarms on the phone to remind us To give a return to the apple in the rest, all that supposes an obligation, a demand more before what to respond, something more to which to adjust us, one more thing. In this case we are going to break the dynamics, we do not want to add anything else, we use it to appreciate what we already have, to thank him and give him his place.
Perhaps putting all our attention in each of the activities we do every day, we realize that the attention is there to serve us, is a help that will give us clues to
This gesture is a total turn in the automatic activity of the mind that takes for granted everything that already has. If we began to give thanks for everything we have, we would do nothing more in life than give thanks and this would be a life taken advantage of. What good is having everything if we forget it?
A hot shower, this is one of the most pleasurable things that one of our kind can do. Hot water pouring out for me. This is a luxury that before only the kings could enjoy. How many dreamed of this and could never experience it. Can we enjoy this wonderful event? Can we really be present while all this water falls on you at the perfect temperature?
I think these two things are reason enough to be happy the whole day. But as we do not want to stay anchored in the memory because it is to pay attention to everything we do, we will realize that throughout the day there are many things to be grateful and the attention orders them and puts them in sight. Where before we saw a report ball of stacked things that overwhelmed us, now it has become goods, ordered in a wide space (that of attention) and allow us to see them, to look at them and to evaluate them one by one. The autopilot also has its place but it was out of control and covered more than it could do well, this is very useful in the production process and for maintenance, but not in the creative process. Creation requires space to create. The autopilot performs basic repetitive activities so that we can take care of others that require more complex qualities of intelligence. How many pleasures throughout the day that autopilot can not appreciate. Chewing can be an automatic activity but savoring requires presence and attention.
This gesture is a total turn in the automatic activity of the mind that takes for granted everything that already has. If we began to give thanks for everything we have, we would do nothing more in life than give thanks and this would be a life taken advantage of. What good is having everything if we forget it?
A hot shower, this is one of the most pleasurable things that one of our kind can do. Hot water pouring out for me. This is a luxury that before only the kings could enjoy. How many dreamed of this and could never experience it. Can we enjoy this wonderful event? Can we really be present while all this water falls on you at the perfect temperature?
I think these two things are reason enough to be happy the whole day. But as we do not want to stay anchored in the memory because it is to pay attention to everything we do, we will realize that throughout the day there are many things to be grateful and the attention orders them and puts them in sight. Where before we saw a report ball of stacked things that overwhelmed us, now it has become goods, ordered in a wide space (that of attention) and allow us to see them, to look at them and to evaluate them one by one. The autopilot also has its place but it was out of control and covered more than it could do well, this is very useful in the production process and for maintenance, but not in the creative process. Creation requires space to create. The autopilot performs basic repetitive activities so that we can take care of others that require more complex qualities of intelligence. How many pleasures throughout the day that autopilot can not appreciate. Chewing can be an automatic activity but savoring requires presence and attention.
No matter how we are, the important thing is to know how we are
In this society is said to be someone, usually someone respectable, famous, rich, powerful, good or the best.
This is such a confusing requirement that it can block the natural creative process of the human being. For the one who is somewhat overwhelmed in this race to become something that still is not, I want to say that you are already someone. And that far from being a vulgarity, is a miracle. It’s The Miracle. It is not that we are already someone, it is that we are the greatest that we can become. We are unique and unrepeatable expressions of life. We are living beings, aware of our temporal experience here on earth and in this form. Life is the most precious thing we can ever have and we do not have to win it, it has been given to us. Life can not be won or lost, it can not be achieved on the basis of work and we can not save it. The life that we are is not ours, in any case, it would be more precise to say that we are of her. Life is pure intelligence unfolding in all forms of life of the microcosm and the macrocosm. Life is an experience, a gift. And in the form of a human being is fascinating. Preconceived but inconsistent ideas have the power to annihilate enjoyment and transform it into bitterness. There are few people who consider life a constant learning from birth to death, and I would say that there is the secret, in doing things as if it were the first time. No matter how much knowledge you have about matter, the ingredient of success is to do it every day with the same attention the first day. That brings our attention and opens the channels of creativity. Knowledge gives us the basis, but creativity allows us to see new paths, new possibilities. The difference between a genius and any other is that genius is always looking with new eyes. The genius knows that he knows nothing and it is an attitude of openness and learning. He is soft and willing to try new roads. Genius is incompatible with haste or productivity, productivity will always seek the shortest route and that is always the known because even if there are others shorter, it will not spend the time to explore.
When one opens his consciousness to this, the gaze changes and transformation happens alone, the natural thing in man is to live in harmony with his surroundings. The healthy man cares and cares about his environment, his world, because he understands that without the world, he would not exist. This is common sense but as they say, this is the least common of the senses.
Can we stop thinking and for a moment to experience what it is to be myself? How does it feel to be me right now? Without thinking, just to experience as if we have just landed here, in this body, in this place, Can we feel life? As the body swells and deflates, as the air comes and goes to the rhythm of the waves of the sea. Can we feel the heartbeat? And can we feel today what has never changed in us? Something that stays the same even though our bodies and minds change. That it is there we do it right or wrong, that it hears what we say is or is not sense or bright, that although it is going crazy, it is calm. That will still live when I die. Life.
Throughout this race of Being Someone, Being goes first and until we do not remain calm with what we are as we are, without judgment, with conscience, we will not be able to find some peace because we will always be immersed in a lost battle. Being is the greatest that anyone can become and in most cases of unhappiness and deep sadness, that is what we are missing; Rest in the being that we are.
But what is Being what I am?
Any answer to this question will be a fraud because for this question, there are no answers there are experiences.
And then, why ask me something that has no answer ?, to begin to breathe the mystery that we are and that envelops us. What we are can not be described with words, words are invented by us and are to facilitate communication between humans. We have given them a leading role, everything in this world has its name, its word. Knowing the name of a person is not knowing a person. Knowing that China is a country, does not make you know China. This seems obvious, it is a very common confusion, we are full of words and definitions but this belongs to a very superficial level. To know it is necessary to live it. We have lost touch with this deeper level of living. We are caught up in words and phrases, and in definitions that in most cases have nothing to do with reality. That’s why we live so confused. When you live a thing consciously you reach a level of knowledge much greater than that of theory.
Words have their function but it is not revealing what we are. The attention is in this case what will reveal the truth that we are and this truth will look as clear as a jasmine in the middle of the desert. And we can tell that we have seen a flower and we can describe how it is and what it smells, but our words will not be the flower. These words will be able to evoke what we saw and will resonate in one who has ever seen a flower or smelled a flower, or who has a silent mind and has experienced this “not knowing” but the one who has never stopped to look or smell A flower, you can hardly imagine it and you will create an idea in your head of what a flower is like, but this will be only an idea that only when you can compare it with reality, you will realize that reality never fits into the little idea about it.
To discover what is not, brings us closer to what is.

Gabriela Rodríguez de Miguel Heredia

Por Gabriela Rodríguez de Miguel Heredia 15 de enero de 2018
Hoy desperté con entusiasmo. Me di cuenta de que nada fuera había cambiado pero mi mirada estaba puesta en algo diferente. Era la mirada despierta y curiosa del que sabe que está presenciando algo extraordinario. Todo en la vida es siempre nuevo excepto nuestro pensamiento que se repite y por eso estamos aburridos, ansiosos, e […]
Por Gabriela Rodríguez de Miguel Heredia 2 de diciembre de 2017
“Sólo sé que no sé nada.” dijo Sócrates, “Y tampoco de eso estoy seguro.” Control, son arenas movedizas, hay un terreno firme, se puede transitar, pero no conocer. Si me buscas en tus recuerdos, ya me he ido, el invierno ha pasado amigo mío y con él, el hielo y el frio. Me encontrarás donde […]
Por Gabriela Rodríguez de Miguel Heredia 5 de noviembre de 2017
Sólo tenemos este espacio-tiempo para conectar. Sólo ahora podemos ver, oler, oír, sentir o pensar. Nuestra capacidad de memorizar nos hace creer que el pasado es algo real y también el futuro, pero la verdad es que pasado y futuro son sólo pensamiento, que sostenido por todos los seres humanos con la misma capacidad de […]
Por Gabriela Rodríguez de Miguel Heredia 4 de noviembre de 2017
Vivimos como si llevásemos puestas unas gafas de realidad virtual. Estamos aquí físicamente pero con unas gafas que me llevan con los sentidos de la vista (imágenes) y del oído (sonidos) a otra realidad, la virtual. La realidad virtual se define como “Un entorno de escenas de apariencia real. La acepción más común refiere a […]
Por Gabriela Rodríguez de Miguel Heredia 23 de septiembre de 2017
Esta vida es una riquísima experiencia, una lotería que nos ha tocado, un regalo del cielo. Lo más difícil está hecho, llegar hasta aquí. Este momento es el primero del resto de tu vida. Estamos hechos de pura inteligencia, de la que mantiene unidos todos los átomos que forman las células que componen el cuerpo […]
Por Gabriela Rodríguez de Miguel Heredia 10 de septiembre de 2017
Olvídate de ti, esta vida no tiene nada qué ver contigo. No importa si ganas o pierdes, si vas o no, si apruebas o suspendes, si te ascienden o te echan, si tienes una empresa familiar o un imperio, si tienes pareja o estas solo, si tienes hijos o no… Esto no importa nada. No […]
Por Gabriela Rodríguez de Miguel Heredia 30 de agosto de 2017
Ven, vuelve a casa, a tu ser. Aquí está todo lo que necesitas. Lo único que se aferra a las cosas es el pensamiento, que se aferra a otros pensamientos, ideas, fantasías… este es su nivel de existencia. Nuestro verdadero ser, nuestra verdadera naturaleza, la vida que somos, está bien con la realidad tal y […]
Por Gabriela Rodríguez de Miguel Heredia 22 de junio de 2017
Si yo me voy, esto queda. Ahora que no te quiero, te encuentro. Eres el resplandor. El que mis ojos no ven y del que mis ojos están hechos. Cuando se te reconoce cambias de forma. Creatividad, no creación. Oh vida esplendida, ahora sí; ¡en la tierra como en el cielo! Si te busco, desapareces. […]
Por Gabriela Rodríguez de Miguel Heredia 9 de junio de 2017
El océano contenido entre las costas del mundo se mueve al ritmo del aire, al son de la luna. Habita el lugar en el que estás. Habítalo con todo tu ser, que no quede nada fuera. Respíralo, siente como tus pulmones se expanden para recibir el aire que refresca todo tu cuerpo. Látelo, siente el […]
Por Gabriela Rodríguez de Miguel Heredia 25 de mayo de 2017
El hombre quiere agradecimiento, la vida es gozo. El hombre quiere educación, la vida es espontaneidad. El hombre quiere seguridad, la vida es confianza. El hombre quiere tiempo, la vida es eternidad. El hombre quiere pareja, la vida es unidad. El hombre quiere bien, la vida es milagro. El hombre quiere conocimiento, la vida es […]
Show More